En esta terra de nombre raro para los portugueses, que solo suena al nombre de un pequeño oso de comics, hemos podido, por primera vez en este Camino, que empezamos en Santillana del Mar, encontrar un Albergue cuya simple vista nos permitió recuperar fuerzas. Gente de lo más simpático, y una bellísima playa a 5 minutos andando. Eso si, el água baja desde los Picos hasta encontrar esta playa, y su temperatura (bastante más fria que el mar cantabrico que habíamos probado hasta ahora...) tine tanto de curativo como de aventuresco.
Muchas gracias a los de Poo, y hasta otra ocasión!
martes, 9 de junio de 2009
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